A fin de promover un acercamiento activo, en vez de reactivo en la preparación de frentes a desastres y emergencias, se ha reunido en este protocolo de procedimientos y funciones, una serie de pasos y sugerencias para la preparación de la institución ante una situación de emergencia. El ideal de “plan” refiere a la solución de un problema a través de la participación sistemática y racional de las personas. Como primer paso se establecen las pautas para identificar y tomar conciencia de los riesgos existentes en todo el establecimiento con respecto a las actividades cotidianas de carácter individual y colectivo. Además, es importante aprender a aplicar actitudes positivas como primer paso hacia la “Prevención”, cuya prioridad básica e irrenunciable es la seguridad de la totalidad de las personas residentes en el edificio. En este protocolo se unificaron criterios entre el personal directivo y no directivo de la institución para diseñar un plan de evacuación que permita saber cómo actuar en una emergencia y así reducir los probables efectos de un siniestro. La eficacia del plan de evacuación depende del entrenamiento de sus participantes a través de simulacros organizados por la institución. De acuerdo a la Ley 1346 se crea el Plan de Evacuación y Simulacro en casos de incendio, sismos o advertencia de explosión.